martes, 9 de octubre de 2018

HISTORIAS DE BOLSILLO

A nuestras manos ha llegado la más reciente publicación del escritor Rodolfo Milla: Historias de bolsillo, excelente libro del cual tenemos una interesante reseña escrita por otro gran escritor. Veamos:

HISTORIAS DE BOLSILLO

Por: Alfonso Torres Valdivia*

Después de Crónicas imperdonables y Chale, Sotil y el gran Perico León,  Rodolfo Milla incursiona de nuevo en el tema futbolístico. Este trabajo pareciera sumarse a la larga lista de libros sobre fútbol que se han publicado este año con motivo del mundial de Rusia, pero su tema no es el mundial, abarca toda la historia menuda y divertida del fútbol peruano, en sus años gloriosos y en el pasado que no volverá. Afirmar que  es una obra atípica dentro del universo de publicaciones deportivas nos parece acercarnos al propósito del autor.
Historias de bolsillo  es marginal a la moda del instante, que solo ha traído distracción y poca ambición de los autores. Si este libro llama la atención es por la mezcla de humildad y una clara ambición del autor al proponer  historias breves, festivas, patéticas o reflexivas para darle un enfoque inédito a lo que fue vivir el fútbol en esos años que desconoce la juventud.
En su brevedad, cada crónica de Historias de bolsillo, está impregnada de una leve intensidad poética que carga de sentidos múltiples no solo a las historias relatadas, sino a cada párrafo o a veces, a cada palabra.  Muchas anécdotas traen un espíritu festivo, un dato curioso sobre un futbolista famoso, que nos lleva a una reflexión; el deportista sublime no es un ser mitológico sino un simple individuo que no puede escapar de los problemas cotidianos, y a veces, del sufrimiento. Ese enfoque irreverente y sutilmente triste, es el que  impregna el autor a cada deportista diseccionado, en su obra.
Las historias contadas por Rodolfo no solo buscan la amenidad, el entretenimiento, sino descubrir frescos humanos que nos muestran el lado oculto de los deportistas en su rica complejidad vital y social. Pero detrás de cada hecho curioso o patético, hay un análisis sicológico refinado, una aproximación del ser a través de su hacer en la vida cotidiana. Una constante en la obra de Rodolfo es como construye la dimensión trágica. En muchas de sus  crónicas Rodolfo enfrenta a los personajes y desmitifica a los grandes héroes.  Borra el prejuicio según el cual, los personajes  bajos, los tipos toscos e ignorantes, pertenecen necesariamente a la esfera cómica, Su drama enerva y baja del pedestal a los que hicieron empresa del deporte.
  En el siglo pasado los únicos capaces de asumir la dimensión trágica son los personajes nobles. Solo los ilustrados son capaces de enfrentarse a las grandes calamidades y si se perdona sus canalladas es porque ellos nos muestran el oculto artificio de su carácter por el cual están destinados al triunfo o al fracaso. Rodolfo, elimina esa barrera y hace que sus personajes bajos se eleven y muestren el nivel más alto de la conciencia trágica, cuando son víctimas de una estafa. Eso ocurre, cuando nos cuenta historias en la cual, héroes del deporte, leyendas casi mitológicas, fueron estafados sin misericordia y reducidos a la miseria. Esas escenas producen en el lector una sensación más agobiante que placentera. Una escena casi cinematografía, dentro de la obra, resume así  el engaño más despiadado, por el cual, Perico León no emigró al fútbol argentino:
-          Está bien don Alfonso- dijo con voz resignada, antes de retirarse-.  Entonces, ¿sigo en Alianza?...
-          Por supuesto, hijo- contestó El Pato- Ni siquiera lo dudes.
 Rodolfo no nos dice que Alfonso Sousa Ferreyra es un canalla, un negrero, la pregunta y la réplica que él construye entre los personajes nos invita a sacar conclusiones. No todas sus historias destilan esa fina ironía, pero algunas de ellas contienen esa carga emotiva como si su descontento fuera una manera de expresar a esa sociedad despiadada que nos tocó vivir.        
Historias de bolsillo se emparenta con las obras de los grandes escritores del Nuevo Periodismo, como lo son: Gay Talese, Oswaldo Soriano y Tom Wolfe. La base de sus historias, al igual que la de ellos,  proviene de cientos de entrevistas, acopio de información en bibliotecas, una raíz erudita, evidentemente,  pasada por el trabajo literario de intuición poética. Historias de bolsillo no es calco o copia inteligente, pero si se pueden observar ciertos paralelismos y similitudes con los escritores del nuevo periodismo.    
Rodolfo cuenta historias de otros deportes,  pero privilegia el fútbol, ya que esta actividad se encarga de darle un color intenso a la vida, y según él, sacarnos del letargo a que condena la vida sedentaria. En este mundo auscultado por el autor, discurren futbolistas, entrenadores y empresarios deportivos en vínculo estrecho y dinámico, pero Milla al desnudar la falta de equilibrio entre lo ridículo y lo desgarrador, da lugar a la acción trágica.
Queremos concluir, afirmando que, Historias de bolsillo, merece ser leída con atención, porque conjuga la visión de un amante del fútbol, con la del narrador que con desenfado e ironía, revela la trágica o agridulce vida de los futbolistas en la época intensa que les tocó vivir y de la que hoy solo guardan retazos. 

(*)Alfonso Torres Valdivia, escritor y profesor, ganador del Premio Horacio Zeballos 2013 de la Derrama Magisterial del Perú.